domingo, 10 de abril de 2011

Como la luz de una vela...

Busqué, de nuevo, refugio en esa imagen borrosa que salía del
espejo. Deseando encontrar un quién, un por qué y algo de
sentido, me fijé en que gruesas lágrimas hacían parecer a ese
rostro débil y frágil. En aquellos momentos, numerosos sentimientos
confundían mi pequeña cabeza y me hacían sentir, una vez más,
perdida y extraña. Una mezcla de amargura, amor, melancolía y
tristeza aplastaban mi cerebro, y mi corazón, y los consumían poco
a poco, como el cigarro de un fumador empedernido.
E'

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